Que ni le quiten, que ni le pongan

Entre el input mañanero de facebook, el apabullante mensaje del miedo de primero noticias, la gordura grotesca de nuestro lí­der fiscal, el hecho que ya no hay causal para sumir al gober precioso en el bote y tantos otros inputs como: “Maybelline New York 3, 4, 534: No! ya se lo instalaron! pero si me fijé y no está abierto al público” me dejan solamente un par de horas de sueño. Mi cerebro es hiperactivo. WSFE -> Qué Diablos!
El fenómeno hoy es la definición de la mejor manera de manejar las toneladas métricas de información que nuestro panel de control recibe todo el tiempo. La sobreestimulación de las células, fluí­dos, glándulas y conexiones cerebrales es lo de hoy (Ahora entiendo porqué Pepsi es lo de hoy). En fin. Las incoherencias que propicio a mis lectores se deben sobretodo a esta sobreestimulación de mi corteza cerebral. La euforia y la hiperactividad siguen llevándome adelante, aunque la innecesaria atención a proyectos, para mi, intrascendentes empieza a hacer mella: como ayer, que quité la hiedra a machetazos (Nunca pensé hacerlo, pero iba a matar al fresno que apenas podé por cuestiones térmicas…) ahora que viene el bueno de Thilo Garritz, el pequeñajo de la familia.
Ahora somos 4 humanos (aunque Thilo sigue en el vientre de Joëlle, ya es viable, por lo que el mote de feto, me lo evito y lo pienso ya como parte de nosotros) y 2 perros (Frida y katinka a. Frinshe y Tinshe).
Como sea las intervenciones de Kalil no son tan numerosas como desearí­a, pero probablemente el asalto al reducto de tierra libre en el no tan remoto futuro le está tomando el tiempo.

Gordito, gordete que tiene el billete