Es indiscutible que cuando se toma una decisión el resto es historia. No basta con tratar de adaptarse a la rutina antes del giro. De hecho la rutina siempre es el impulso al cambio -por lo menos cuando éste no quema…
Con películas azul celeste y un par de frases con faltas gramaticales, me presenté ante la puerta. La puerta no se inmutó y permaneció cerrada. Pensé que podía equivocarme en mi juicio al respecto de las faltas gramaticales, pero no me ayudó en nada, pues la puerta no se abrió. Parecía una especie de oráculo que esperaba de mí algo que no podía -o no sabía- darle.
Todas las incógnitas juntas cuando de pronto se apareció el cancerbero, quien finalmente abrió la puerta. El problema es que yo ya estaba afuera…
