Bien se encogió de hombros, la silueta paso de lo borroso a lo sombrío. No había intentado acercarse al moribundo, pero sabía que su destino estaba sellado.
Después de navegar por más de una década, haber encontrado el terruño en medio de aquel atolón resultó ser un alivio; haberse dirigido directamente a él seguramente fue obra de los hados, que indudablemnte querían que la sempiternia de su travesía se hiciera finita.
Asíes que se encontró frente a frente con él y preguntó:
-¿Qué haces aquí?
–Vine a morir.
Y era verdad, estaba allícon la hinchazón en la pierna y el brazo. Parecía bien una quemadura o raspadura grave. En esas condiciones probablemente no llegaría mas allá de unos días.
Durante décadas le ha sido imposible olvidar esta historia. Incluso ahora que narra a través de esta conjugación verbal, recuerda el hecho. Lo más extraño de todo fue cuando supo su nombre: “Monólogo”.
“Demonios! Cómo debí hacerme consciente para haberlo escrito hace 15 años!” pensaba Kalil rumiando un hueso de aceituna. Y así fue, nunca se le ocurrió escribir en ningún caso sobre estas verdades tan elocuentes: Había muerto el monólogo, él había presenciado su muerte; en realidad él la había conducido. No se le ocurrió escribir nada. Probablemen…jjjjjhjhhhhkjjjjjjjjjLa apertura de la puerta 25 en la entrada noroccidental está en asedio, prepárense para el lanzam…Kjjjjjhjhhhhkjjjjjjjjj de morir en otra tierra, sin otra conciencia.